"La vida me puso, por fortuna, una compañera que desde el momento en que nos enteramos que íbamos a ser padres ha llenado de amor y ternura a cada una de esas criaturitas"
Ella lo ha trabajado, ella se lo ha ganado. Y ese amor es recíproco. Como les he contado anteriormente, tengo la dicha de tener 2 maravillosos niños. Ellos llenan nuestro hogar con sus risas, ocurrencias y presencia. Han crecido en un ambiente de paz, respeto y mucho amor. Una de las mayores satisfacciones que tengo es la oportunidad de ver y disfrutar el profundo amor que mis muchachos le brindan a su mamá.
La vida me puso, por fortuna, una compañera que desde el momento en que nos enteramos que íbamos a ser padres ha llenado de amor y ternura a cada una de esas criaturitas. Les puedo dar fe de eso que dicen sobre lo especial de la relación entre un niño y su mamá, al menos en mi hogar es así. Al ver cómo la miran, cómo la besan, cómo la acarician, o cómo la extrañan, cuando está de viaje, me da la certeza del extraordinario trabajo que ha hecho como mamá y de lo presente que ha estado, no solo en la vida de ellos, sino en la mía.
Así que hoy, Día de las Madres, quiero utilizar su figura como representante del resto de las madres que cada día brindan lo mejor de sí, que nos llenan con su amor y hacen de nuestro hogar el mejor lugar para estar y donde más queridos nos sentimos.
Gracias mamá:
Por abrazarme cuando nací. Por mirarme con ternura y por darme el primer beso de mi vida, uno que se quedará por siempre y que lo refrescas en cada momento que me das uno nuevo.
Por acompañarme a dar mis primeros pasos. Por brindarme tu mano para sentirme seguro y protegido mientras pasito a pasito aprendía a moverme por mi mismo.
Por darme de comer cuando sentí hambre y no tenía otra forma de expresarlo más que con un fuerte llanto en la madrugada.
Por atenderme y consolarme cuando me caí y no sabía cómo manejar el dolor que sentí.
Por supervisar mis asignaciones, por preparar los repasos para mis exámenes y ayudarme en el arduo proceso de educarme.
Por estar presente en cada uno de mis conciertos, prácticas, juegos o actividades escolares y dejarme saber que estás y que lo que hago es importante para ti.
Por escucharme, por respetar mis opiniones y fomentar en mí el criterio propio y el juicio.
Por tu paciencia, tolerancia y por tratarme siempre con respeto aunque tu día haya sido difícil y estés agobiada.
Por decirme que estás orgullosa de mí y brindarme apoyo cuando en ocasiones me frustro cuando no todo sale como espero.
Por tus abrazos, por leerme cuentos en la noche y brindarme la última demostración de amor que recibo en el día.
Por enseñarme a respetar a mis semejantes, a tener principios y a ser una persona de bien.
Por enseñarme a valorar mi familia, mis abuelos, y a sentirme orgulloso de donde vengo.
Por cultivar en mi el amor por mi País, su gente y todo lo que representa.
Por cada día llenarme con tu amor y por dejarme saber que soy yo lo mejor que te ha pasado en tu vida.
Ahora con su permiso, tomaré el atrevimiento de incluir tres agradecimientos especiales: el de mis hijos y el mío.
(Ignacio, 10 años) Gracias mamá, por enseñarme lo que es correcto y guiarme a ser una buena persona.
(Alejandro, 8 años) Gracias mamá, por educarme en la mejor manera posible y por hacerme feliz.
(YO, 17 años de matrimonio) Gracias mamá, por llenar este hogar de amor, por tu entrega, compromiso, y compartir conmigo la maravillosa aventura de criar a nuestros hijos.
FELIZ DÍA DE LAS MADRES
Publicado por: El Nuevo Día, Sección Por Dentro, 12 de mayo de 2019. www.elnuevodia.com