La comunicación es el inicio del entendimiento. Como padres, todos deseamos mantener una buena comunicación con nuestros hijos. Sin embargo, no todos lo logramos. Una comunicación efectiva requiere voluntad, consistencia y una serie de herramientas que faciliten la misma aún en momentos de coraje o frustración.
Al igual que la mayoría de los temas relacionados con nuestros hijos, la interacción con estos debemos ajustarla a sus edades de manera que puedan responder de manera positiva y lograr el resultado que esperamos. Por ejemplo, se le estamos hablando a un niño de entre 4 a 6 años nuestros mensajes deben ser uno, corto y preciso. Más sin embargo, con un adolescente debemos ser más detallados y amplios en la conversación de manera que evitemos confusiones o malos entendidos. Pero, ¿qué otras cosas podemos hacer para que la comunicación con nuestros hijos rinda fruto en lugar de crear distanciamiento o frialdad? A continuación, te ofrezco varias herramientas que te ayudarán.
Escucha con atención – Te has preguntado ¿por qué razón tenemos una boca y dos oídos? Pues precisamente debemos escuchar más que lo que hablamos. Nuestros hijos están llenos de preguntas e inquietudes y es importante que nosotros nos convirtamos en su primera fuente de información en lugar de buscar la misma en la calle o con personas que no necesariamente transmitan el mensaje correcto. Prestar atención a lo que nuestros niños nos dicen y responderles con receptividad y entusiasmo, sobretodo si lo hacemos desde pequeños, nos abre las puertas a la confianza y al diálogo en los momentos en que sean necesarios.
Fomenta el diálogo – Dialogar es el comienzo de una comunicación saludable. Cuando nuestros niños son pequeño, en ocasiones, nos limitamos en hablar con ellos porque pensamos que no nos entienden. Pero es importante que se acostumbren a conversar desde edades tempranas y nosotros adaptar la conversación a su edad. Por otra parte, debemos conversar sobre distintos temas que les amplíen el conocimiento, la imaginación y el vocabulario. Verás lo atento que tu niño o niña estará y el interés que tiene de participar en la conversación. Se ha comprobado científicamente que a un niño que se le habla mucho desde bebé comienza a decir palabras desde edades más tempranas y adquiere un lenguaje más amplio.
Evita el uso de los electrónicos – Nuestros niños deben sentir que tenemos interés en lo que nos quieren decir o relatar. Si en lugar de prestar atención nos distraemos con nuestros electrónicos entonces el mensaje y ejemplo que le estaremos ofreciendo no será el adecuado. Recordemos que el ejemplo es el mejor maestro, y por tanto, es imprescindible dar uno que aporte al desarrollo del niño o el joven. Libérate de toda distracción tecnológica y has que tu niño haga lo mismo deforma tal que la comunicación sea efectiva.
Busca tiempo de calidad – La vida es agitada y nos exige cumplir con nuestras obligaciones pero es esencial sacar un espacio de tiempo para dedicarle a nuestros hijos. Identifica un momento en el día para compartir con ellos. Puedes realizar juegos, actividades deportivas o recreativas para hacerlas juntos. Lo importante es que ellos sepan que estas presente física y mentalmente.
Procura cenar en familia – Uno de las mejores oportunidad para compartir con tus hijos es la cena. La misma ofrece un buen espacio para el diálogo y enseñarles a dar gracias por las bendiciones que diariamente recibimos.
Tener una buena comunicación con nuestros hijos no se logra por sí sólo. Requiere de esfuerzo y sobretodo de nuestra voluntad para que se pueda desarrollar. Si acostumbramos a nuestros hijos al diálogo y a la interacción con nosotros, tendremos mayor probabilidad de mantener una mejor comunicación y relación en edades en las cuales van a necesitar mucho más de nuestra atención y consejos. No lo dejes para mañana y comienza desde ya a desarrollar las conversaciones con tus hijos.